jueves, 15 de noviembre de 2007

Comentario I

Artículo: Del cinismo virtual y otras lindezas. Héctor Antón Castillo.


Una alfombra roja recibe a un gran número de espectadores ansiosos por entrar a un recinto donde saben que van a disfrutar de buen arte. Esta propuesta del artista cubano Wilfredo Prieto sirve al crítico Héctor Antón Castillo para reflexionar sobre la fugacidad del éxito ilusorio y sobre “el eterno retorno de los desengaños”. Esta reflexión podría parecer a ojos de cualquier lector una invención bastante lograda entorno a un objeto privado de su contexto, que todos conocemos, de no ser por un pequeño de detalle que pasa desapercibido ante los ojos de muchos espectadores: bajo esta superficie, vacía de sus estrellas, se concentra todo el polvo acumulado en la galería.
Una vez descubierto el engaño se revela al espectador una poética cargada de ironía que nos devuelve la crudeza de una realidad que nos es familiar. “Cuanta miseria y olvido se esconden tras el glamour de los triunfadores” comenta Antón Castillo.
Hay que considerar el riesgo que asume el artista con una obra “tan evidente como sutil”, pues para muchos de los visitantes la obra pasará desapercibida por no encontrarse allí donde se espera encontrar arte sino afuera, en el camino hacia la sala. Sólo unas pocas personas se darán cuenta de aquello que se oculta bajo la superficie llamativa en un espacio aséptico, destinado a albergar obras de arte. Sólo unos pocos vivenciaran el desengaño, la bofetada, que les abrirá los ojos a una realidad existente y muchas veces ignorada.
Considero que esta pieza, tanto la alfombra como el público que anduvo sobre ella, forman parte de un simulacro, una alegoría, del mundo en que vivimos, a todas las escalas.
Me recordó este artículo a un pasaje del Nuevo Testamento en el que Jesús utiliza la imagen de sepulcros blanqueados refiriéndose a los escribas y fariseos.

Mateo 23, 27-32

En aquellos días, dijo Jesús: «¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, pues sois semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera parecen bonitos, pero por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia! Así también vosotros, por fuera aparecéis justos ante los hombres, pero por dentro estáis llenos de hipocresía y de iniquidad.


* Me parecía interesante ver la misma reflexión en otro contexto y forma; tan alejados de esta tanto en el tiempo como en el espacio.


http://salonkritik.net/06-07/2007/11/del_cinismo_virtual_y_otras_li.php#more

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