domingo, 16 de diciembre de 2007

JAUME PLENSA




He ahondado un poco en mi memoria para rescatar el recuerdo de una exposición que despertó mi curiosidad en 2005 (si no recuerdo mal). Se trataba de una exposición de Jaume Plensa en la que me llamó la atención el uso que hacía de la palabra y la presencia de referentes literarios en cada obra. La muestra se abría con un autorretrato en aluminio abrazando a un árbol. La figura humana estaba compuesta de nombres de escritores que iban desde Canetti hasta Baudelaire. Me llamó la atención la organización de las palabras, y como estas se habían materializado, sin perder su aspecto formal, en una escultura, y no en el consabido libro. Era sobrecogedora la poética que giraba entorno a cada escultura, y en cada instalación. La luz y el sonido jugaban un papel importante, llevando al espectador a través de los sentidos por la sala.
Las obras estaban organizadas como en islas, no guardando entre ellas ninguna relación. Song of Songs estaba compuesta por cortinas de letras formadas por los pasajes del Cantar de los Cantares de Salomón. Estas se abrían al paso de los visitantes produciendo un suave tintineo que recordaba a las voces y susurros humanos.
Las tres gracias era otra obra en la que tres figuras humanas iluminadas se elevaban sobre la pared. Esta estaba inspirada en una de las cartas que escribió Oscar Wilde desde la cárcel, en la que hacía referencia a problemas fundamentales como el hambre, la enfermedad y el insomnio.
Con Wispern se terminaba el recorrido. Se trataba de una instalación en la que unos címbalos colocados en el suelo, en una sala a oscuras, emitían un sonido, a la manera de un metrónomo, producido por las gotas de agua que caían dentro. “Si el tonto persiste en su tontería, se convertirá en sabio”, este proberbio de William Blake estaba grabado sobre los címbalos. La instalación confería una fuerza casi sagrada a la sala, como si de un templo se tratase.
La literatura es la principal fuente de inspiración para este conjunto de obras, “he crecido entre palabras y nunca he tenido una cultura audiovisual”, dice el escultor. Y es que ha conseguido a través de las palabras, en esta muestra, dar una dimensión diferente a la literatura, invitando al espectador a adentrarse en ella y a experimentar sensaciones mágicas y envolventes. Este es un homenaje a la literatura y a la palabra escrita, y una llamada a tomar algunos referentes que yacen olvidados, esperando a que se les despierte para darles forma, como ha hecho Jaume Plensa.

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